La Condusef dice que la palabra que más relacionamos al crédito es “deuda”, un concepto erróneo que se ha desarrollado por su mal uso, ya que este servicio puede ser muy útil si se aplica de manera inteligente. Cambia el patrón y los malos hábitos financieros y piensa dos veces si lo aceptas luego de reflexionar los siguientes puntos:

1. ¿Para qué lo necesitas? La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros asegura que la impaciencia es el error que más nos lleva a aceptar créditos y préstamos exprés. Por eso pide a la gente diferenciar entre “gustos” y “necesidades”. Asimismo, cualquier artículo que adquieras por simple placer y que no sea importante para tus necesidades básicas, no es motivo para contraer una deuda. Si se trata de antojos, es mejor esperar y ahorrar hasta poder comprarlos.

2. ¿El objeto en cuestión mejorará tu vida? Si no se trata de una necesidad básica, cerciórate que sí tenga un impacto a largo plazo. El Banco de México recomienda que sólo te endeudes por bienes duraderos, con vida útil mayor a la del financiamiento que estás solicitando; es decir, no vale la pena seguir pagando una bolsa dos años después, cuando ya se ha maltratado. Según la ENIF (Encuesta Nacional de Inclusión Financiera) de 2017, sólo 11.8% de los créditos de ese año se usó para bienes de consumo duradero; el resto fue utilizado en placeres fugaces. Analiza en qué porcentaje te encuentras.

3. ¿Cuánto piensas pedir? Las cifras redondas son fáciles de asimilar, pero si el dinero llega a tus manos y no sabes distribuirlo o sólo estás aumentando tu crédito “por si acaso”, se anulará la justificación que tenías para pedirlo y podrías terminar endeudándote en vano. Decide el monto que necesitas según las preguntas anteriores y no solicites ni un peso extra, por más tentador que sea.

4. ¿Cuánto pagarás de intereses totales? Hay costos ocultos más allá de los intereses sobre el total de un préstamo; cargos por apertura, manejo de cuenta, penalizaciones por pago adelantado, anualidades, intereses sobre intereses, etcétera. Pide a la institución que te explique sus condiciones, pues la ENIF arrojó que el 38% de los solicitantes no conoce las comisiones que le cobran.

5. ¿Puedes solventar la mensualidad? Haz un presupuesto para saber si puedes vivir con tranquilidad una vez que comiences a pagar tu préstamo. Es lógico que hagas recortes en cuestión de entretenimiento, pero no comprometas tus gastos básicos, como vivienda, alimentación o transporte. Para medir tu capacidad de endeudamiento, BBVA sugiere: resta tus gastos fijos a tus ingresos mensuales y multiplica el resultado por .40: “No es bueno exceder esa cantidad en cubrir obligaciones financieras”, dice.

6. ¿Por cuánto tiempo quieres o debes pagarlo? Suena bien decir que abonarás un poco cada quincena durante 10 años, pero al cabo de un par, cumplir puede ser más difícil si te encuentras en una etapa de la vida cambiante; por ejemplo, si piensas tener hijos, si acabas de mudarte o si elaboras planes para abrir un negocio. Visualiza tu vida a futuro y reflexiona si solventar esa cantidad resultará igual de factible.

7. ¿Es una fuente autorizada? Si la institución que te ofrece el crédito no es reconocida, asegúrate de consultar que esté registrada ante la Condusef (identidades financieras) o Profeco (establecimientos comerciales) para que puedan defenderte en caso de un contratiempo. También debe estar inscrita en el Registro de Prestadores de Servicios Financieros (SIPRES).

8. ¿Están en orden tus finanzas? No tengas varios adeudos abiertos; así pagarás menos comisiones a diferentes instituciones, pues según la ENIF, 73% de los mexicanos tiene tres o más créditos; 29% de los adultos adquirió algún financiamiento activo, pero no es seguro que lo haya utilizado por un motivo duradero. Recuerda: si estás pagando “gustos” no puedes tener deudas, ya que la acumulación de artículos es igual al amontonamiento de éstas.

 

Los créditos más usados por los mexicanos son:

  • Tarjeta de crédito departamental: 67.5%
  • Tarjeta de crédito bancaria: 37.0%
  • Crédito hipotecario: 15.1%
  • Crédito personal: 13.2%
  • Crédito de nómina: 8.8%
  • Grupal, comunal o solidario: 7.0%
  • Crédito automotriz: 4.5%
  • Otro: 1.9%

*LA SUMA DE LOS PORCENTAJES ES IGUAL O MAYOR A 100% DADO QUE EL INFORMANTE PODÍA MENCIONAR MÁS DE UNA OPCIÓN. FUENTE: ENIF.

 

SEGÚN LA ENIF, 71% DE LAS PERSONAS QUE SOLICITARON UN CRÉDITO BANCARIO NO COMPARÓ CON OTRAS INSTITUCIONES FINANCIERAS ANTES DE ACEPTAR.