La revista Forbes publicó un artículo el jueves 5, en donde el empresario de Los Angeles, California, William Mundell, relata dos sucesos destacados en donde la participación de China ayudó a elevar el nivel de vida de sendos condados en Estados Unidos.
Mundell es el productor del documental “Better Angels” (Los ángeles más benévolos), sobre los beneficios que acarrearía una mejor relación ente Estados Unidos y China, para los dos países.
Mundell relata una experiencia del Condado Wilcox, de Alabama, el condado más pobre de ese estado, y el 15avo condado más pobre de los 3,100 que hay en todo Estados Unidos. En mayo de 2014, la compañía china GD Copper, abrió una nueva fábrica en el Condado Wilcox, para la gran sorpresa de los habitantes del lugar.
GD Copper hace productos de cobre de alta precisión que se venden en el mercado de Estados Unidos. La fábrica generó cientos de nuevos empleos manufactureros relativamente bien pagados,
en un condado en EL que solo tenían empleo unas 2,000 personas fuera de las granjas, y la tasa de pobreza estaba en 32%.
El ingreso per cápita alcanzó a unos $16 mil dólares anuales en 2017, según el censo de EU, que todavía es apenas la mitad del promedio en el país, pero que significó un aumento de más de $1,500 dólares.
Otro caso es el del Condado Lancaster, en Carolina del Sur, en donde habían desaparecido todos los empleos textiles que sostenían económicamente al condado por siglos, y el desempleo había alcanzado en 2009 el 19%, oficialmente.
“Entonces, unos años después, en una acción que el director de desarrollo económico del condado calificó de ‘asombrosa’, algunos de los empleos textiles que se habían ido para china, fueron regresados, por China.
En 2015, la compañía manufacturera china de textiles, Keer, abrió una fábrica de hilados en el Condado Lancaster”. Mundell señala que el algodón en Carolina del Sur era 30% más barato, y la electricidad (nuclear y de carbón) era 40% más barata que en China; y los salarios en China ya no eran tan dramáticamente bajos.
Mundell destaca cómo es que las “recetas” estadounidenses populares para la pérdida de empleos industriales (los programas de entrenamiento y los programas de transferencia de ingreso) no habían podido detener el desempleo ni la desmoralización en las zonas desindustrializadas. 80 por ciento del capital de inversión se concentra todavía en 50 condados, del total de los 3,100 condados del país.
Pero, “hay una reserva de talento empresarial y de capital por allá, que tiene un gran apetito para el tipo de riesgos que está hecho en especial para darle vida a la industria de nuevo”, dice Mundell.
“La clave es la mentalidad comprometida a utilizar los recursos locales existentes, tanto humanos como materiales, para restaurar la prosperidad a una comunidad abandonada. Este tipo de talento no se limita a ninguna nación en particular, pero actualmente son los chinos los que han pasado 30 años para llegar a ser los mejores en el mundo en este tipo de proyectos”, concluye.