Un 30 de abril, pero de 2010, el Parque Zoológico Bicentenario Animaya por primera vez abrió sus puertas al público para convertirse en un espacio innovador, ecológico y de sano esparcimiento familiar, donde se prioriza el rescate de la flora y fauna.
Surgido en un ex tiradero a cielo abierto, que previamente fue un banco de materiales, Animaya cumple este 30 abril su décimo aniversario y a lo largo de estos años se ha convertido en el lugar favorito de decenas de familias locales, nacionales y del extranjero.
Esta preferencia es debido a su concepto, único en Yucatán y en el sureste, donde las personas pueden disfrutar de la interacción entre especies en recintos o praderas, dejando atrás las jaulas, lo que genera un impacto positivo en el bienestar físico y emocional de los animales.
En sus inicios, Animaya contó con 170 animales de 32 especies como aves y mamíferos, entre ellos «Nando» el tapir, considerado como el símbolo del zoológico.
Diez años después, estas cifras han crecido a aproximadamente a 500 ejemplares de 75 especies de fauna silvestre que anualmente reciben la visita de casi medio millón de personas.
Desde su gestión como regidor (2007 a 2010) el alcalde Renán Barrera Concha se comprometió firmemente a fortalecer Animaya y dotarlo de mayor y mejor infraestructura, por lo que desde su primera administración ha hecho importantes inversiones como el jardín botánico, la zona de catamaranes, la adquisición de nuevos vehículos para los recorridos de personas con discapacidad, el parque acuático y la construcción del Hospital de Animales.
Entre los atractivos con los que ya cuenta el zoológico están sus numerosas y variadas especies animales, así como el lago con sus paseos en catamarán, áreas verdes, la estela, recorrido en Safari, la biciruta o disfrutar de una hermosa vista panorámica desde la Estela Maya, distintivo del parque con sus 37 metros de altura.
Además, el parque zoológico, ha logrado la reproducción de especies silvestres como monos araña, guacamaya escarlata, loro de mejillas amarillas, ñu azul, antílope de cuello negro, nilgo, flamenco, búfalo de agua, gaur, cebra de Burchell, emu, ñandú, avestruz, cocodrilo de pantano, tortuga del desierto y recientemente hipopótamo del Nilo, entre otras, muchas de éstas situadas en alguna categoría de riesgo.
Registrado por SEMARNAT en 2011 como Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), Animaya ha colaborado en estos diez años con dependencias estatales y federales como PROFEPA, la Secretaría de Desarrollo Sustentable, la Fiscalía y Bomberos, entre otras, en el rescate, rehabilitación y reintegración al hábitat natural de más de 600 ejemplares silvestres como boas, cocodrilos de pantano, garzas, pelícanos, tortugas, colibríes, aguilillas, lechuzas, tecolotitos, serpientes de cascabel, cantil o huolpoch, coralillos, osos hormigueros, tigrillos, venados cola blanca, puerco espin tropical, tejones, mapaches, zorra gris, etc., que sufren las consecuencias de la actividad humana.
El camino recorrido no ha sido fácil, pues en sus inicios contaba con árboles recién plantados y de poca altura y sin un sistema de riego amplio para mitigar los efectos de la sequía, lo que hacía un poco difícil el disfrute del paseo.
Hoy el panorama es distinto, ya que cuenta con una flora que permite a los asistentes poder adentrarse en sus caminos cubiertos por las copas de los árboles para hacer recorridos en familia y poder disfrutar de la tranquilidad que impera en el zoológico.
Cabe mencionar que hasta hoy, se han plantado más de 10 mil árboles de porte pequeño, mediano y grande que han transformado el antiguo banco de material y tiradero de basura en un pulmón verde para la ciudad, refugio de aves silvestres, insectos, quirópteros y reptiles inofensivos que además de cobijo encuentran alimento; y por supuesto, hoy es un espacio donde se fomenta la sana convivencia con el entorno, sitio predilecto de personas que viven cerca y gustan del deporte al aire libre.
Esta meta se ha obtenido no sólo con trabajo interno sino con la participación ciudadana de grupos como Audi Center, Colegio Alianz, Alianza de camioneros, Scouts, grupos religiosos, Mis Earth, Universidad Modelo, Agencia Portuaria Integral, entre otros, que hay apoyado en la reforestación.
Además, el zoológico se ha proyectado y consolidado poco a poco como un centro de educación ambiental no formal, atendiendo anualmente a más de 11 mil alumnos de instituciones públicas y privadas tanto del Municipio de Mérida, del interior y de otros estados que acuden a este espacio de convivencia con la naturaleza para reforzar el aprendizaje en el aula a través de experiencias significativas.
Finalmente, cabe destacar que en sus 10 años de vida, Animaya ha contribuido en la formación de más de 200 estudiantes de biología, medicina veterinaria, técnicos agropecuarios y agroecólogos, tanto de la Universidad Autónoma de Yucatán, del Instituto Tecnológico de Conkal, del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario N° 13, y de otras instituciones nacionales como Universidad Autónoma Agraria «Antonio Narro», Universidad Mesoamericana del Estado de Morelos, de la UAM y del extranjero, principalmente de España.