Hay una cantidad enorme de notas y artículos en la prensa referentes al juicio y a la condena por las diez acusaciones al notorio capo de las drogas mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, simulando la mayoría de las cuales finge asombro de que esas cosas terribles sigan sucediendo. Y sin embargo, la mayoría de esos mismos medios de comunicación promueven también las supuestas virtudes de la legalización de las drogas, cosa que en Estados Unidos está muy avanzada y que ha llevado a una enorme expansión de todas las categorías de producción y consumo de drogas.
Un atisbo de realidad se coló en la reseña que hizo el 12 de febrero el periódico londinense Guardian, que señaló que en ningún momento en el juicio se mencionó a los verdaderos responsables de esto: o sea, los bancos internacionales más grandes que de hecho dirigen el narcotráfico, y lavan alrededor de $1 billón de dólares al año producto del narcotráfico. El Guardian señala lo siguiente:
“Lo que el juicio hizo de manera exitosa, para indignación constante de los periodistas mexicanos que cubrían el juicio, fue enterrar la pista hacia el dinero. A lo largo de toda la evidencia presentada, se describió siempre que el dinero ‘regresaba a México’. [El lugarteniente de El Chapo Guzmán, Miguel Angel] Martínez volaba aviones cargados de entre $8 millones y $10 millones de dólares desde la ciudad de Tijuana [en Baja California Norte] tres veces al mes. El depósito en efectivo se escondía debajo de camas o inclusive bajo agua. Martínez describió como transportaba un maletín Samsonite repleto con $10 millones de dólares cada mes a ‘un banco en la Ciudad de México’; pero nunca le preguntaron a qué banco, ni los fiscales, ni la defensa, ni el tribunal.
El juicio duró tres meses, y no se mencionó al banco Wachovia, al HSBC o a ningún otro banco que había admitido que trajeron miles de millones de dólares que [el narcotraficante] Zambada García describió que había llevado ‘de regreso a Estados Unidos’ para diseminarlos a través de la ‘economía legal’. El veredicto de culpabilidad quiere decir que no habrán más túneles [de escape] para El Chapo, sin embargo, al momento en que las puertas se cierren tras él, también puede significar que habrán suspiros de alivio en las salas de juntas de Estados Unidos”.