Una primera lectura de la Ley de Autorización de Defensa Nacional 2019, muestra que el Congreso de Estados Unidos no solo autoriza al Departamento de Defensa a ejecutar operaciones cibernéticas clandestinas, como lo informó el diario New York Times el 15 de junio, en su artículo sobre las operaciones cibernéticas de Estados Unidos contra la red eléctrica de Rusia, sino que contribuye considerablemente a provocar dichas actividades de las fuerzas armadas de Estados Unidos contra cualquier país que se considere que haya cometido actos de guerra cibernética contra Estados Unidos, y en particular nombra a Rusia, China, Corea del Norte e Irán.
Sin embargo, el principal propósito del artículo del New York Times consiste en revelar que la operación del Consejo de Seguridad Nacional tiene la condición de mantener al Presidente ignorante de todo. Eso va más allá de lo que el Congreso pide en esa legislación, y la colusión del Consejo de Seguridad Nacional, bajo la dirección del Asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, es realmente, como calificó Trump al informe del New York Times, prácticamente traición. Probablemente los rusos tienen razón al decir que la operación se reveló con el fin de sabotear cualquier posible reunión entre Trump y el Presidente Vladimir Putin en la cumbre del G-20 en Japón.
En cuanto a la ley en sí (llamada H.R. 5515 en el Congreso), la sección 1632 caracteriza las actividades militares clandestinas en el dominio cibernético, como una actividad similar a las que se ejecutan en los dominios del mar, aire, tierra, y espacio, en la sección de definiciones, donde señala que las actividades militares clandestinas “son autorizadas por el Presidente o el Secretario de Defensa” (énfasis añadido).
Es decir, el secretario de Defensa puede ordenar una operación clandestina sin necesidad de consultar al Presidente.
Los autores de las notas aclaratorias que tiene el informe sobre la negociación del proyecto de ley entre el Senado y la Cámara de Representantes, se quejan de que históricamente el Pentágono ha tenido muchos problemas para conseguir la aprobación de una misión para sus actividades en el dominio cibernético, porque no está claro si se pueden clasificar como actividades militares tradicionales, a diferencia de las actividades encubiertas que requieren las conclusiones de la Presidencia sobre el caso.
“Los representantes [del Congreso] no ven ninguna razón lógica, legal o práctica para permitir actividades militares tradicionales clandestinas en todos los demás dominios operativos (aire, mar, tierra y espacio) pero no en el ciberespacio”, dice el informe. Por lo tanto, los representantes especifican, con ciertas salvedades enumeradas en el texto, que las actividades “realmente sí cumplen los requisitos de las actividades militares tradicionales”.
Aunque los representantes no esperan que las fuerzas armadas de EU lleven a cabo ataques cibernéticos clandestinos de manera rutinaria, sí “exhortan al Departamento de Defensa a que procure una mayor intervención activa hacia los adversarios y actividades de disuasión en el ciberespacio”.
Pero cuando se refieren a Rusia, China, Corea del Norte e Irán, el informe deja ver a todas luces que el debate se llevó a cabo en medio de la propaganda del Rusiagate y de las imputaciones hechas por el sicario judicial Robert Mueller, acerca del supuesto hackeo ruso, que en realidad nunca ocurrió.
Dice el informe que “los representantes están muy decepcionados con las respuestas pasadas de la rama ejecutiva a los ataques cibernéticos adversarios y exhortan al Presidente a que responda a la constante agresión que vemos, por ejemplo, en las operaciones de información de Rusia contra Estados Unidos y los aliados europeos, en un intento de socavar la democracia”.
Luego agrega que “el Congreso ha trabajado de manera diligente para garantizar que el Departamento [de Defensa] posea las capacidades y la autoridad necesaria para combatir, en particular, estas operaciones de información rusas, y esta autorización representa un mayor avance hacia ese objetivo”.
Por lo tanto, “los representantes exhortan firmemente al Presidente a defender al pueblo estadounidense y a las instituciones de gobierno frente a la intervención extranjera”.
Las notas aclaratorias señalan que la mayor parte del lenguaje lo aportaron los participantes del Senado, donde se cuentan los más agresivos ideólogos contra Rusia, contra China y contra Irán, como los senadores Lindsey Graham (republicano de Carolina del Sur), Marco Rubio (republicano de Florida), Tom Cotton (republicano de Arkansas), y Robert Menendez (demócrata de Nueva Jersey), quienes integran la Comisión de Servicios Armados del Senado o de la Comisión de Relaciones Exteriores.